Se llama Semana
Santa la que empieza el domingo de Ramos y culmina en el domingo de
Pascua de Resurrección (mes y medio después se celebrará la Pascua de
Pentecostés, Pascua granada o segunda Pascua). En los rituales romanos se la
denomina Semana Mayor. En
tiempos pasados se llamó en Francia Semana
penosa; en Alemania, Charwoche,
que parece significar semana de
lamento; los griegos la llaman la Santa
y Gran Semana.
Parece que fue en Tierra Santa, lugar de peregrinación de
los cristianos desde siempre, donde se inició la conmemoración de la Pasión,
Muerte y resurrección de Cristo. Fue allí donde se crearon liturgias
específicas para esta conmemoración, y allí también donde empezaron las
procesiones, no con pasos sino con reliquias de la Pasión. Se cree que la
Iglesia celebró desde los mismos tiempos apostólicos estos misterios;pero es de
los Santos Lugares de donde nos vienen las primeras noticias. El testimonio más
explícito nos lo ofrece la peregrina gallega Eteria (siglo IV), que en los
relatos que hace de su peregrinación, describe al detalle tanto las ceremonias
litúrgicas como las celebraciones en las calles de Jerusalén y sus alrededores.
Dice de algunas de ellas que son muy parecidas a las de su tierra. Le
sorprendieron especialmente la celebración del domingo de Ramos y la adoración
de la Cruz, que pronto se extendieron a toda la cristiandad.
No podemos pasar por alto el carácter profundamente
penitencial que ha tenido desde siempre la Semana Santa, indispensable para
explicar numerosos aspectos de sus actuales formas de celebración. Y no sólo
eso, sino también el hecho de que tendieron a concentrarse cada vez más en la
Semana Santa las penitencias impuestas en la confesión durante todo el año. Si
a eso añadimos las promesas hechas particularmente por los fieles a sus
respectivos santos en situaciones de apuro, tenemos una base para explicar la
importante presencia de penitentes en las procesiones, y las formas
especialmente duras que reviste en algunos casos la participación en las
mismas.
Conviene recordar también, para ahondar en la comprensión
de la Semana Santa, el nombre que se le da en Alemania (Semana del Lamento), las "Lamintanze"
que cantan en Italia en algunas procesiones, las Lamentaciones que se cantan en la liturgia, y las Saetas que se cantan en Andalucía. El
nexo de unión y el origen son las Lamentaciones
del profeta Jeremías por la "muerte" de Jerusalén. Son una
composición elegíaca para recordar y llorar a los muertos más queridos,
habitual en el pueblo judío. La Iglesia incluyó algunos de los textos de
Jeremías en el Oficio de Tinieblas
(maitines de los tres días de Semana Santa), que fueron el germen de las
procesiones nocturnas con sus respectivos "Lamentos", y una adaptación de las Lamentaciones de
Jeremías a la muerte de Jesús, en el oficio litúrgico del Viernes Santo
Desde el punto de vista
filosófico. A nuestro entender existe Dios como un símbolo no como una realidad
concreta, y este símbolo se exterioriza en la sociedad en forma de religiones.
Las religiones tratan de llevarnos hacia él, a través de comportamientos,
ritos, pensamientos y/o formas de convivir con el resto. Lo que trata la religión,
a, mi modo de entenderla, es de acercarnos a Dios a través de nuestra vida
diaria realizando buenos actos (según cada religión) y evitando los malos, por
lo tanto podemos ver a Dios como el juez que impartirá justicia como l legue
nuestra muerte; por eso existe el cielo, el infierno, el paraíso, la
reencarnación… donde teóricamente acabaremos una vez hayamos sido juzgados por Dios. Pero ¿Sólo gracias a la
religión podemos diferenciar entre bien y mal? Mi opinión es que no, pues la
sociedad sin necesidad de la participación de Dios ni de la religión es capaz a
través de la ética y la moral, y a través de la propia justicia ejercida por el
ser humano de poder diferenciar entre el bien y el mal.
http://www.elalmanaque.com/marz/29-3-eti.htm
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